ERC y Bildu presionan al PSOE para tener puesto en la Mesa del Congreso
Quieren acceder al órgano rector de la Cámara por primera vez a cambio de dar la presidencia a un socialista
Meritxell Batet renuncia a seguir al frente del Congreso tras las duras críticas de Podemos y de Esquerra
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El 17 de agosto se constituyen las Cortes generales. Los partidos políticos ya negocian para configurar la Mesa del Congreso —el órgano rector de la Cámara— y designar a su presidente. Primero, se constituirá la mesa de edad, con los parlamentarios con más y menos años. Y luego, comenzará la sesión para seleccionar a los nueve miembros que conforman la Mesa uno tras otro.
Los 350 diputados se someterán a así a la primera votación de la XV Legislatura para elegir a la tercera autoridad del Estado: voto secreto y en urna. Ayer, la socialista Meritxell Batet dio un paso a un lado y comunicó que no será ella la candidata del PSOE a la Presidencia del Congreso, según adelantó 'El Confidencial' y confirmaron después fuentes del PSOE.
La diputada catalana ostenta este cargo desde las elecciones generales de abril de 2019, antes de la repetición, y fue entonces cuando dejó el Ministerio de Política Territorial. Esta última decisión de Batet ha sido totalmente personal, aseguran desde el PSOE. «Meritxell Batet ha expresado su deseo de no volver a ser candidata a presidenta del Congreso la próxima legislatura —trasladaron desde su equipo—. Manifiesta que ha sido un gran honor haber desempeñado esta responsabilidad y muestra su enorme gratitud por todo el apoyo recibido durante estos años».
Sin embargo, Batet sí que seguirá con su acta de diputada por Barcelona con el PSC. Sus casi cuatro años como presidenta del Congreso han sido muy erosionantes. Ya no solo porque el Parlamento está muy fragmentado e hizo frente a decisiones tan polémicas como limitar la actividad parlamentario durante la pandemia o retirarle el acta a un diputado de Unidas Podemos. También por la inestabilidad del Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos, con los socios de Pedro Sánchez pidiendo su expulsión.
Esta semana, por ejemplo, el portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, volvió a cargar con dureza contra ella. La acusó de no querer adaptar el Congreso para personas en sillas de ruedas, de quitar «ilegalmente» el escaño a Alberto Rodríguez —aunque fue el Tribunal Supremo el que lo inhabilitó tras su condena por patear a un policía—, de «permitir a Vox insultar, mentir y violar el Reglamento del Congreso» y de «proteger a Juan Carlos I, el corrupto».
No renunciar a presidir
Echenique va todavía más lejos en un artículo publicado en Canal Red y le pide al PSOE que ceda la presidencia a sus socios independentistas. «Aprovechar la oportunidad que ofrece la votación del próximo 17 de agosto para empezar a consolidar la mayoría parlamentaria plurinacional que es la única vía política posible para reeditar el gobierno y darle estabilidad, eligiendo para la Presidencia del Congreso a una persona de otro», escribe.
El líder del PCE y diputado de Sumar por Córdoba, Enrique Santiago, una persona de confianza de Yolanda Díaz, cree que sí hay que tener «en consideración» la opción de que el PSOE renuncie a la Presidencia. Pero le reprochó a Echenique que ejerza presión a través de artículos en Internet y no en las mesas de negociación. «La propuesta que ha hecho el señor Echenique, pues son propuestas que se tienen en cuenta y habrá que discutirlas colectivamente como corresponde para fraguar alianzas», expresó Santiago.
No obstante, el PSOE no quiere perder un cargo tan importante como el de la tercera autoridad del Estado y negocia para que sea otro de sus diputados quien la represente. Teniendo en cuenta que fue el Partido Popular quien ganó las elecciones generales del 23J, los socialistas tendrán que negociar con los independentistas vascos y catalanes los apoyos necesarios. Del mismo modo que Pedro Sánchez necesita los votos de ERC, Bildu, PNV y Junts para ser investido presidente.
La decisión de Batet llega de hecho en medio de estas conversaciones. Fuentes de un grupo independentista aseguran que dado el reparto de escaños en la Cámara es perfectamente factible que ERC y Bildu tengan su puesto en la Mesa. La primera vez que entrarían. «Está en la agenda de la negociación», aseguran estas fuentes independentistas, aunque insisten en que quieren ser discretos con el tema.
Y también apuntan a que podría haber otro puesto para el PNV —partido no independentista, aliado del PSOE—. Si bien desde Junts no se han pronunciado sobre tener un puesto en la Mesa, no se descarta que ellos también lo estén exigiendo porque después de que el PSOE perdiera un escaño por el voto exterior sus siete síes son indispensables para tener la mayoría necesaria.
Por su parte, el PSOE no niega que el independentismo termine entrando en el órgano rector del Parlamento. Aunque no quieren garantizar nada. «Paso a paso», es lo único que dicen. Pero ayer desde el equipo de Batet decían que ella está convencida de que se formará una mayoría progresista en la Mesa de la Cámara «presidida por una candidata o candidato del PSOE que permitirá continuar con los avances logrados en esta legislatura».
La Mesa del Congreso está constituida por nueve miembros. Primero, presidencia; luego, las cuatro Vicepresidencias, y luego las cuatro Secretarías. Serán los encargados de ordenar los debates y calificar las iniciativas parlamentarias. Las votaciones para definir este órgano son importantes porque pueden dibujar los acuerdos previos a la investidura del presidente del Gobierno.
Calculadora de mayorías
La Presidencia del Congreso se decide con una votación que requiere mayoría absoluta. Pero si nadie la consigue, entonces se procede a una segunda votación entre los dos diputados más votados y gana el que más votos logre en esta vuelta. No se puede votar en contra ni abstención; el proceso consiste en meter una papeleta con el nombre del candidato en una urna.
No hay ningún partido con mayoría absoluta en la Cámara. Así que los bloques de derecha e izquierda tienen que pactar. Por un lado, están PSOE (121 escaños) y Sumar (31) que se quedan a 152 diputados. Por otro, Partido Popular (137), Vox (33) y UPN (1), que logran los 171 escaños. Así que representantes tendrán seguro. PP y Vox superan al PSOE y Sumar, por lo que Sánchez y Díaz tendrán que negociar con los socios independentistas y nacionalistas si quieren que salga su candidato. ERC (siete) y Bildu (seis), con quienes suman 165 diputados, supeditan estos apoyos a tener un puesto en la Mesa. El PNV (cinco) también estaría en disposición de tener un representante porque con ellos serían 170. Y 171 con el voto del BNG. Pero sin embargo, con todos estos regionalismos, hay un empate con el bloque de la derecha. Así que PSOE y Sumar tienen que negociar con Carles Puigdemont para lograr a sus siete parlamentarios. Y Junts podría pedir otro puesto.
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