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China vuelve a cercar Taiwán tras el viaje de su presidenta a EE.UU.

Al igual que en verano por la visita de Pelosi, Pekín lleva a cabo maniobras militares por la reunión de Tsai Ing-wen y el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy

La tensión con EE.UU. lleva a China a imponerse sobre Taiwán en Centroamérica

Isla Matsu

(Taiwán)

CHINA

Mawei

Pingtan

Taipéi

ZEE de

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Isla Kinmen

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los ejercicios navales chinos

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Pablo M. Díez

Pablo M. Díez

Enviado especial a Taipéi (Taiwán)

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Al igual que ya ocurriera en verano, China vuelve a rodear Taiwán desatando otra peligrosa crisis política y militar. En aquella ocasión, el detonante fue la polémica visita a la isla de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi. En esta, ha sido el paso de la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, por California, donde el jueves se entrevistó con el sucesor de Pelosi, Kevin McCarthy, en una reunión que ha enfurecido de nuevo a Pekín.

En represalia, el régimen del Partido Comunista ha iniciado este sábado unas maniobras militares que buscan «rodear totalmente» la isla de Taiwán, que es independiente 'de facto' y cuenta con su propio Gobierno democrático, Ejército y moneda pero cuya soberanía es reclamada por Pekín. «El ejercicio se centra en la capacidad de tomar el control del mar, el espacio aéreo y la información para crear una disuasión y un cerco total» de Taiwán, anunció la Prensa oficial china.

En esta primera jornada, el Ministerio de Defensa taiwanés detectó 71 aviones del Ejército Popular de Liberación, de los que 45 habían entrado en su zona de identificación aérea. Entre ellos había cazas J-10 y J-11, aviones de transporte Y-20, bombarderos H-6K y naves de alerta y control KJ-500. En principio, las maniobras durarán tres días, pero en verano también empezaron así y luego se alargaron una semana.

«Seria advertencia»

Además de los ejercicios con munición real previstos para el lunes en la costa de Fujian, habrá más prácticas de tiro el martes, jueves, sábado y también el lunes y jueves de la semana siguiente. Dicha parte del litoral chino dista de la isla principal de Taiwán unos 180 kilómetros, que es la distancia que mide el estrecho, pero está muy cerca de un archipiélago taiwanés, Matsu, que cuenta con una fuerte presencia militar porque es estratégico para detener una hipotética invasión de Pekín.

«Esto es una seria advertencia contra las fuerzas independentistas y separatistas de Taiwán y su colusión con potencias extranjeras para agitar provocaciones», advirtió el portavoz del Mando del Teatro Oriental, Shi Yi, sin mencionar explícitamente el viaje a EE.UU. de la presidenta Tsai, quien regresó el viernes a Taipéi. Haciendo escala de su visita oficial a Belice y Guatemala, dos de los pocos países que tienen relaciones diplomáticas con Taiwán y no con China, Tsai paró a la ida en Nueva York y en California a la vuelta. Allí se reunió en la Biblioteca Ronald Reagan con una delegación de 17 congresistas y senadores demócratas y republicanos encabezados por el líder de la Cámara, Kevin McCarthy, pese a las reiteradas amenazas de China.

La presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, pasó por California, donde el jueves se entrevistó con Kevin McCarthy, en una reunión que ha enfurecido a Pekín

Para impedir tal encuentro, Pekín envió el sábado de la semana pasada 18 aviones y cuatro barcos de combate que atravesaron la mitad del estrecho de Taiwán. Luego anunció unas patrullas que iban a inspeccionar el transporte marítimo en el norte y centro del estrecho de Taiwán. Al no poder evitar la reunión entre Tsai y McCarthy, China destinó a su portaaviones Shandong rumbo a sus primeras maniobras en el Pacífico occidental, situándose a 200 millas náuticas al sureste de la costa taiwanesa. Al mismo tiempo, el portaaviones nuclear estadounidense Nimitz participa en unos ejercicios navales con buques de Japón y Corea del Sur a 400 millas náuticas al este de Taiwán, elevando aún más la tensión en la zona. Y ahora, justo tras el fin de la visita a Pekín del presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea,Ursula von der Leyen, para pedirle su mediación con Rusia en la guerra de Ucrania, Xi Jinping ordena estas nuevas maniobras.

«Taiwán no dejará de relacionarse con el mundo y no cederá a la presión», aseguró la presidenta Tsai nada más llegar de EE.UU., preparándose para una nueva crisis. Ante los medios que la esperaban en el aeropuerto de Taoyuan, señaló que «hemos demostrado a la comunidad internacional que, frente a las amenazas y presiones, Taiwán estará todavía más único y no cederá a la represión ni a los obstáculos para dejar de relacionarse con el mundo», según informa Reuters.

Cautela china

Lejos de amilanarse, Tsai recibió este sábado a otra delegación del Congreso de EE.UU. que está de visita en Taipéi y prometió seguir colaborando con las democracias occidentales para enfrentarse al «continuado expansionismo autoritario» de China. Mostrándole todo su apoyo, el presidente del comité de Asuntos Exteriores del Congreso, Michael McCaul, anunció que Washington seguirá suministrando armas a Taiwán «no para la guerra, sino para mantener la paz».

«China ocupará Taiwán si tiene la capacidad para hacerlo y, aunque dispone de misiles, necesita una invasión anfibia. Pero Pekín no sabe si EE.UU. ayudará a Taiwán porque Washington ha pasado de su tradicional ambigüedad estratégica a una mayor claridad, por lo que necesita más tiempo para prepararse», analiza para ABC el experto militar Si-Fu Ou, del Instituto para la Investigación de la Defensa y Seguridad Nacional (INDSR, en sus siglas en inglés). En su opinión, «el Ejército Popular de Liberación ha aprendido de los errores de Rusia en la guerra de Ucrania y ahora se muestra más cauto a la hora de plantearse una invasión, pero Taiwán tiene que seguir armándose para defenderse en el futuro. Si quieres la paz, prepárate para la guerra».

A pesar de la nueva crisis con China, en la isla reina una normalidad absoluta y los taiwaneses parecen haberse acostumbrado ya a vivir bajo esta amenaza constante.

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